jueves, 23 de abril de 2020

DÍA DEL LIBRO 2020

Día Internacional del libro 2020: ¿Por qué se celebra el 23 de abril?

El 23 de abril celebramos el Día Internacional del Libro desde el confinamiento del coronavirus, descubre cuál es el origen de la fiesta de los libros.

Hoy es 23 de abril, día en el que se celebra una de las fechas más importantes a nivel cultural: el Día del Libro 2020. ¿Conoces el origen de esta celebración?
El origen del Día del Libro se remonta a 1926. El 23 de abril de 1616 murieron Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y alentar a todos, sobre todo a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura.
La idea original de la celebración del Día del Libro surgió en Cataluña, por propuesta del escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, que fue aprobada por el rey Alfonso XIII de España en 1926. Actualmente en Cataluña se celebra el 23 de abril la fiesta de Sant Jordi, el homólogo de esta celebración, en la que se regalan rosas y libros.
El Día Internacional del Libro se celebra en más de 100 países a lo largo y ancho de todo el globo. Por ejemplo, en Madrid realizan más de 600 actos el 23 de abril como preámbulo de la Feria del Libro con 15 días de duración.
Sant Jordi 2020: Los 8 mejores poemas para regalar en el Día del Libro

Además de regalar una rosa o un libro por Sant Jordi, la tradición suele incluir obsequiar con un poema  a nuestro ser querido.

Los 6 mejores poemas para regalar en el "Día del Libro". Sant Jordi 2020

Podéis copiar uno de estos bonitos poemas y regalárselo a alguna/s de las personas que tenéis con vosotros/as junto a un libro que tengáis por casa y entre todos/as leáis algunos fragmentos en voz alta.

'Poemas de los dones' de José Luis Borges
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche.
'Libro extraño' de Rubén Darío
Libros extraños que halagáis a la mente
en un lenguaje inaudito y tan raro,
y de que lo más puro y lo más caro
hacéis brotar la misteriosa fuente.
'Quisiera que mi libro' de Juan Ramón Jiménez
Quisiera que mi libro
fuese, como es el cielo por la noche,
todo verdad presente, sin historia.
Que, como él, se diera en cada instante,
todo, con todas sus estrellas; sin
que, niñez, juventud, vejez, quitaran
ni pusieran encanto a su hermosura inmensa.
¡Temblor, relumbre, música
presentes y totales!
¡Temblor, relumbre, música en la frente
-cielo del corazón- del libro puro!
'Las Comedias' de Calderón de la Barca
Discreto amigo es un libro:
¡qué a propósito habla
siempre en lo que quiero yo,
siempre en lo que yo no quiero…!
'Jardín de invierno' de Pablo Neruda
Llega el invierno. Espléndido dictado
me dan las lentas hojas
vestidas de silencio y amarillo.
Soy un libro de nieve,
una espaciosa mano, una pradera,
un círculo que espera,
pertenezco a la tierra y a su invierno.
Creció el rumor del mundo en el follaje,
ardió después el trigo constelado
por flores rojas como quemaduras,
luego llegó el otoño a establecer
la escritura del vino:
todo pasó, fue cielo pasajero
la copa del estío,
y se apagó la nube navegante.
Yo esperé en el balcón tan enlutado,
como ayer con las yedras de mi infancia,
que la tierra extendiera
sus alas en mi amor deshabitado.
Yo supe que la rosa caería
y el hueso del durazno transitorio
volvería a dormir y a germinar:
y me embriagué con la copa del aire
hasta que todo el mar se hizo nocturno
y el arrebol se convirtió en ceniza.
La tierra vive ahora
tranquilizando su interrogatorio,
extendida la piel de su silencio.
Yo vuelvo a ser ahora
el taciturno que llegó de lejos
envuelto en lluvia fría y en campanas:
debo a la muerte pura de la tierra
la voluntad de mis gerruinaciones.
'Don Libro está helado' de Gloria Fuertes
Estaba el señor don Libro
Sentadito en su sillón,
con un ojo pasaba la hoja
con el otro ve televisión.
Estaba el señor don Libro
Aburrido en su sillón,
Esperando a que viniera... (a leerle)
Algún pequeño lector.
Don Libro era un tío sabio,
que sabía de luna y de sol,
que sabía de tierras y mares,
de historias y aves,
de peces de todo color.
Estaba el señor don Libro,
tiritando de frío en su sillón,
vino un niño, lo cogió en sus manos
y el libro entró en calor.


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